Como autónomo, debes revisar las condiciones bajo las cuales aceptas un nuevo trabajo.
¡Aceptar trabajos que no deberías podría causarte pérdidas en lugar de ganancias!
Pero, ¿cuáles son esas condiciones?, ¿qué debe cumplir ese proyecto antes de ponerte manos a la obra?
Te lo contamos a continuación.
Revisa las condiciones del proyecto
Analiza los gastos operativos
Para evitar perder dinero con proyectos poco rentables, nunca presentes tu oferta sin revisar tus tarifas.
Piensa no sólo el tiempo que vas a destinar al proyecto, sino también los recursos que necesitarás. También debes tener en cuenta tus gastos de vida pues, durante el tiempo que dure el proyecto, deberás comer, moverte, etc.
Desde luego, tales gastos deberían estar contemplados previamente en tu tarifa. Por eso es importante revisar regularmente los precios del mercado para entender cuánto te está costando en realidad un proyecto.
Siempre es buena idea consultar al cliente qué presupuesto dispone para invertir pero, no debes aceptarlo si no cubre tus gastos.
Detalla por escrito las condiciones de servicio
Antes de aceptar cualquier nuevo trabajo, asegúrate de que tanto tú como tu cliente tenéis claras las condiciones del servicio. Redacta una propuesta de trabajo detallando qué es lo que harás, en cuánto tiempo, qué incluye (y qué no incluye) y los cambios que se pueden solicitar.
Evita comenzar a trabajar sólo con una aprobación verbal de la oferta presentada.
Tu cliente debe dar por aprobada tu contratación por escrito, ya sea mediante una orden de compra, una oferta firmada o, en última instancia, un correo electrónico donde acepta el detalle de lo que propones. ¿La razón?
El cliente está dando por aceptado no solo que te ha contratado sino las condiciones bajo las cuales se te contrata y la forma de pago.
Esto te ahorrará malos entendidos en el futuro o que te pida cosas que están fuera del presupuesto y que te suponen gastos adicionales.
Asegura el cobro de tus facturas
Aunque es habitual recibir un anticipo a la hora de comenzar un proyecto, podría ocurrir que un cliente quiera pagarte el 100% al finalizar el trabajo.
Cuando el cliente es una empresa, suele haber un contrato de por medio donde se establece el plazo determinado de pago. Pero en el caso de las personas físicas, contar con un contrato es más difícil y es preferible no aceptar comenzar el trabajo sin un anticipo.
De esta forma, eliminarás la posibilidad de perder tu tiempo y gastar recursos en un proyecto que el cliente abandone o, en el peor de los casos, que cancele su compromiso contigo y se quede con tus ideas sin pagarte.
No entregues avances importantes (y mucho menos el trabajo final) sin estar seguro de que se te pagará por ello.
Por ejemplo, si eres diseñador o fotógrafo, procura enviar avances de baja resolución y de ser posible, incluye marcas de agua con tu logo.
Una manera de trabajar proyectos sin anticipo, pero con el pago asegurado, es utilizar una plataforma de trabajo online, ya que estas suelen utilizar un sistema de pago en garantía, también conocido como escrow.
Puedes pedir a tu cliente que el proyecto se gestione a través de una plataforma. Existen algunas como SoyFreelancer.com, que son 100% en español, por lo que pedir ayuda es más fácil en caso de que quieras saber más.
Dentro de dichas plataformas hallarás, además, otros proyectos para trabajar.
No te la juegues: analiza los gastos operativos y define las condiciones del trabajo antes de empezar.
4 tipos de proyectos que no deberías aceptar como autónomo
1. No aceptes trabajos en los que tu no establezcas el precio
Cuando se trata de una persona y no de una empresa, procura alejarte de los clientes que te dicen cosas como “tengo esta cantidad y nada más” o “el precio más bajo es el que se elegirá”.
Esto significa que no negociará y que no valora ni tu experiencia técnica ni la calidad que ofreces.
Eres tú quien debe poner el precio, pues sabes bien cuánto cuesta hacer lo que haces.
No aceptes nada que esté por debajo de tus tarifas; ya que estarías perdiendo dinero por tratar de ganarlo.
Tampoco regales tu trabajo cobrando menos de lo que vale, pues eso hace que tu área profesional se vuelva menos rentable.
Algo que tú, definitivamente, no quieres.
2. No trabajes para clientes con mala reputación
Dicen que no hay peor negocio que el que no se hace. Eso sí, hay algo mucho peor: aquel donde gastas tiempo y esfuerzo en un cliente al que tendrás que perseguir para que te pague.
Esto te hará incurrir en más gastos aún y, en el peor de los casos, no recibir el pago nunca.
Di un NO rotundo a clientes que tienen fama de ser informales, atrasar pagos, poner excusas, pagar a medias, etc.
Desconfía también de aquellos que te dicen “avanza mientras consiguen un anticipo” que suele no llegar.
El cliente debería contar con presupuesto para el proyecto. Si no tiene para cubrirlo, dile que no.
Simple.
Por mucho que necesites cerrar una venta, es mejor usar el tiempo buscando nuevos clientes que en tratar de retener a uno que en realidad no vale la pena.
3. Olvídate de los proyectos inviables
Si lo que te solicitan es algo demasiado inverosímil y tu experiencia te dice que no va a funcionar. Es mejor que hables honestamente y le expliques a tu cliente tu opinión.
Esto evitará que empieces un trabajo que se cancelará con toda probabilidad y que no recibas el pago correspondiente por no completarlo.
Sé honesto siempre, pues así no pierdes tu tiempo ni se lo haces perder al cliente. De esta manera también estarás cuidando tu reputación como autónomo.
4. Evita clientes que no saben lo que quieren
A veces, los cliente no tienen bien definido cómo será un proyecto.
Es posible que antes de contratarte a ti, necesite un asesor de negocios que le ayude a definir objetivos para que de esa manera pueda fijar metas, tareas y prioridades.
Si sientes que el cliente no tiene claro lo que quiere, hazle la recomendación. De lo contrario, es posible que termines trabajando en decenas de propuestas inservibles, malgastando tiempo y esfuerzos.
Es importante que el cliente tenga claras estas 5 cosas:
- Qué servicios necesita y qué problema resolverá con eso.
- Qué te va a entregar para que comiences a trabajar.
- Cantidad de propuestas que comparará antes de elegir (dos o tres deben bastar).
- Cantidad de sesiones para revisión y cambios (no deberían ser más de dos).
- Fecha de entrega en la que quiere el proyecto terminado.
Discute estos aspectos con tu cliente y no olvides detallarlos en el presupuesto que le presentes para su aprobación escrita.
Consejos finales
Por último, queremos entregarte una serie de consejos vitales para mantener tu economía a salvo:
- No te sobrecargues con trabajo: Si aceptas más de lo que puedes manejar por no dejar ir al cliente, podrías comenzar a incumplir con los clientes. Es preferible decir no a tiempo, que aceptar un trabajo en el que no podrás cumplir los plazos. Cuida este detalle para no apresurarte demasiado con cada proyecto. Dedica el tiempo necesario a cada uno, ya que un cliente bien atendido es un cliente que regresa.
- No gastes tu dinero antes de ganarlo: Aunque te hayan dicho que van a darte varios proyectos o incluso cuando ya tengas firmado un contrato que asegure que será así, no te apresures a gastar hasta no haberlo cobrado. Lo que menos necesitarás es una deuda pendiente.
- Ahorra: El consejo del ahorro nunca está de más para nadie, pero en especial si eres autónomo. Guarda siempre un porcentaje de lo ganado para temporadas bajas o una emergencia. De ser posible, ingresa tus ahorros en una cuenta bancaria de la cual no tengas tarjeta para el cajero automático, así no lo sacarás con cualquier excusa.
- Mantén un fondo disponible: Incluso si estás ahorrando para comprar algo, no gastes el 100% de tus ahorros, guarda siempre algo de dinero.
En síntesis, define bien los términos de tus contratos, evita los malos clientes y sé cuidadoso con tus finanzas para evitar perder dinero al trabajar como autónomo y así asegurar tu éxito económico.