- El colectivo de nuevos autónomos aumenta. Las nuevas altas deben afrontar una serie de obligaciones fiscales, con el objetivo de no cometer irregularidades, especialmente durante los primeros meses.
El año 2016 se está caracterizando por ser un periodo de crecimiento para el colectivo de los autónomos. Aquellos que han pasado a integrarlo por primera vez deben saber que existen una serie de obligaciones fiscales que han de conocer y afrontar.
En primer lugar, y como personas físicas, a los autónomos se les retiene una cantidad de dinero cuando facturan. De igual modo, y una vez iniciada su actividad, los miembros de este colectivo tributan sus ingresos a través del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).
En la práctica, esta obligación se realiza a través del modelo 131, siendo esta una declaración trimestral que pone de manifiesto el beneficio de la actividad económica realizada por el autónomo. En lo que respecta al IVA, los autónomos deben tener en cuenta tanto el IVA soportado como el repercutivo, pues Hacienda devuelve el primero presentando el modelo 303.
En este sentido, es importante tener en cuenta que los autónomos no pagan la misma tasa de IVA, pues aunque lo habitual en España es que este impuesto sea del 21%, existen tipos reducidos y super-reducidos, del 10% y del 4%, respectivamente.
De igual modo, los autónomos que tengan clientes o proveedores cuyas operaciones sobrepasen los 3.005,06 euros anuales deben presentar a Hacienda una declaración anual a través del modelo 347.
Para darse de alta como autónomo, es necesario que los interesados se inscriban en la Agencia Tributaria y soliciten el alta en el censo de empresarios a través del modelo 037. Asimismo, las personas jurídicas o entidades tienen que cumplimentar el modelo 036 para incluirse en el Censo de Tributarios Obligados.